En algunas universidades donde se puede cursas Traducción e interpretación, en el plan de estudios mencionan dos asignaturas de interpretación
para el tercer curso: TIC (Técnicas de Interpretación
Consecutiva) en el primer cuatrimestre y TIS (Técnicas de Interpretación
Simultánea) en el segundo cuatrimestre. Esto en realidad debe de ser un
error de ausencia de departamento porque lo cierto es que en clases
masificadas es imposible enseñar en cuatro meses escasos cómo hacer
interpretación consecutiva, por lo que en realidad todo el tercer curso
se da TIC y es en cuarto cuando existe la opción de cursar asignaturas
optativas de interpretación simultánea.
Antes de seguir, voy a aclarar la diferencia básica entre
interpretación consecutiva e interpretación simultánea. La
interpretación consecutiva se refiere a la reproducción de discursos
cortos completos con notas. Es decir, el orador da un discurso de unos
cinco minutos aproximadamente, durante los cuales el intérprete toma
notas de las que se vale para repetirlo una vez finalizada la
intervención del orador. Por su parte, la interpretación simultánea es
la típica “de cabinas”, en la que el intérprete traduce el discurso a la
vez que habla el orador.
Como véis, el nombre de la asignatura es “Técnicas de
interpretación consecutiva”, lo que suele crear la falsa esperanza de
que los profesores te darán una lista de recursos y unos apuntes de
estrategias a la hora de interpretar. Esto no es así, la única forma de
aprender a interpretar es interpretando. Y el proceso es el siguiente:
-Interpretación de discursos español-español, sin notas: en esta fase
se entrena la memoria a corto plazo y la capacidad de interiorización
de las estructuras de los discursos.
-Interpretación español-español, con notas: después de un par de
meses sin notas, se introducen los famosos cuadernitos tamaño cuartilla
de interpretación. Aquí los profesores os indicarán cuál es la forma
óptima de tomar notas, ya que difiere mucho de cómo estamos
acostumbrados a tomar apuntes en clase. Las notas deben reducirse a la
mínima expresión, centrándonos en palabras clave, datos concretos y
marcadores del discurso, en forma diagonal para que a golpe de vista
visualicemos de forma gráfica la estructura de las ideas dentro del
discurso y seamos capaces de reproducirlo como una ayuda a nuestra
memoria a corto plazo, que sigue siendo imprescindible.
-Interpretación español-inglés, con notas: una vez que más o menos
nos familiaricemos con la toma de notas y la memorización, los discursos
pasan a ser en inglés, que es cuando la cosa se pone interesante.
Repito que todo esto que os describo es el sistema que hay en la Autónoma de Madrid, y en ningún caso quiere
decir que sea así en Barcelona, Granada o cualquier otra universidad.
Así, las clases se componen de sesiones de dos o tres
horas en las que los alumnos llevamos discursos preparados de casa (en
la fase en castellano), los damos al resto de la clase y éstos memorizan
y toman notas para reproducirlos a continuación. No tiene más misterio
la interpretación consecutiva. Simplemente que cuando pasamos a la fase
de inglés, son oradores nativos los que vienen a darnos los discursos.
Las clases como os podéis imaginar están masificadas en la
universidad pública, por lo que no practicamos todo lo que deberíamos y
además aquellos un poco más tímidos (es mi caso, confieso) tenemos más
éxito escondiéndonos y salimos aún menos de lo recomendado. Además el
sistema es cuestionado por varios motivos: porque la fase de
memorización resulta muy larga hasta que se introducen las notas, las
notas son muy criticables desde el punto de vista de los profesores pero
tampoco hay una serie de ejercicios para trabajar más a fondo sobre
ellas o la fase en español es exagerada si tenemos en cuenta que el
examen de enero es en inglés.
Ahora bien, este es el sistema que está más extendido según se nos ha
hecho saber y con el cual se formaron en su día muchos intérpretes para
la Unión Europea, por lo que a lo mejor simplemente es una profesión
difícil de aprender y el problema no sea tanto del método que llega a
las aulas.
En cuanto al examen, no os voy a engañar, en esta fase en la que nos
encontramos es bastante terrorífico. Se trata de un examen individual al
que hay que presentarse vestido como si fuéramos a una interpretación
profesional en un ambiente de trabajo real (nada de vaqueros, ni
zapatillas, ni chanclas, ni camisetas de tirantes, etc), lo que ya añade
un punto de inseguridad. En el aula se encuentran dos de nuestros
profesores (tenemos cuatro, ni más ni menos) y el orador, entramos por
parejas, el orador nos da un discurso en inglés (a los que tenemos de
lengua B inglés, claro) y uno de los alumnos lo interpreta de pie en
mitad de la clase mientras el otro espera fuera del aula su turno.
Después los profesores deliberan y te comunican tu nota. Un escenario un
tanto exótico, sí.
La evaluación es dura, de aquí en gran parte, los nervios. Se evalúa
el contenido del discurso, obviamente, prestando atención a que no haya
errores, no falten ideas o no se hagan discursos paralelos que no sean
una reproducción fiel sino solo un reflejo del original. Igualmente
importante es el resultado en español a nivel formal: el discurso tiene
que tener forma de discurso, no puede ser una lista de ideas inconexas y
esta es la clave para que fluya y tengáis más soltura al interpretar.
Además los nervios pueden jugar una mala pasada, así que también hay que
controlar esto y mostrar una imagen de seguridad al destinatario.
La conclusión que he sacado por ahora es que esto solo es una toma de
contacto con el mundo de la interpretación. Y las asignaturas del año
que viene son más de lo mismo, solo que en simultánea. Quien esté
interesado en esto deberá hacer un máster de interpretación exhaustivo
para formarse apropiadamente, ya que parece ser que en España tenemos la
exclusividad de fusionar Traducción e Interpretación juntas, dos
carreras que son radicalmente diferentes aunque no lo parezca a simple
vista. Ni que decir tiene que uno no sale de esta carrera siendo
intérprete (ni traductor, no nos llamemos a engaño), por si alguien se
lo preguntaba.
Mis recomendaciones para la gente que vaya a cursar interpretación en el futuro:
-Estar al tanto de lo que pasa en el mundo: leer los periódicos
extranjeros y nacionales todos los días (internet es vuestro mejor
amigo, como siempre)
-No perder el inglés y mejorar en comprensión oral. Esto puede
parecer que está de más comentarlo pero es muy fácil acomodarse los dos
primeros años de carrera con el nivel de inglés y luego llevarse el
chasco en tercero cuando nos topamos con interpretación. Ver películas,
escuchar radio, ver series de televisión o las noticias sigue siendo la
clave. También recomiendo que al leer artículos periodísticos en inglés
os fijéis en términos que no entendáis y los busquéis, la mayoría se
repiten mucho dentro del mismo área.
-Intentar superar el miedo escénico. No me preguntéis cómo porque yo
aún sigo buscando la respuesta para esto pero el caso es que si sois de
un tímido extremo, no vais a poder con esta asignatura ni una semana.
-No descuidar el español. La gran revelación de esta carrera es que
es más importante la lengua meta que la lengua origen, es decir, vuestro
querido castellano. Da igual que entendáis todo el discurso
perfectamente si luego sois incapaces de reproducirlo con fluidez y sin
rebajar el registro. La falta de conectores, las coletillas, la
redundancia, la repetición de palabras comodín o con una carga semántica
poco enriquecedora desmerecerán por completo vuestro discurso. Así que,
como ya he dicho en alguna otra ocasión, seguid leyendo en español,
sobre todo leer prensa es muy útil para esta asignatura.
Gracias a todos por visitar, leer y comentar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario